Muchos habréis oído hablar de los cólicos, de pequeñas deformidades craneales, dificultades para la succión o de problemas para conciliar el sueño (entre otros) y es, en todo ello, donde el papel del fisioterapeuta adquiere un gran valor.
El cráneo del recién nacido
El desarrollo del embarazo, la posición del bebé durante este proceso, si ha sido un embarazo simple o múltiple (por ejemplo, mellizos) son factores a tener en cuenta.
Por otro lado, la utilización durante el parto de material accesorio tipo fórceps, ventosa… van a condicionar, junto con lo comentado anteriormente, sobre las presiones ejercidas en el cráneo del bebé.
Debido a estas presiones y las propias del apoyo de la cabeza en la cuna, podemos encontrar cráneos un poco más planos (plagiocefalia), solapamientos, tortícolis, dificultad para girar la cabeza…por eso es importante el tratamiento fisioterápico temprano.
Cólicos del lactante
Los cólicos, eso que genera ese llanto incontrolable, dolor de tripa…y mucha incertidumbre en los padres.
En este proceso debemos detectar una mala succión en las tomas (ya sea de biberón o pecho) ya que puede introducir aire en el aparato digestivo del bebé, la intolerancia a ciertas fórmulas, digestiones lentas, reflujo…
En estas situaciones será necesario revisar el cráneo del recién nacido, tensiones en el diafragma, las rutinas en casa, la postura que se adquiere para dar las tomas, entre otras.
El tratamiento consistirá en:
Una entrevista detallada, una valoración inicial de columna, extremidades, reflejos y cráneo que nos permitan recopilar la máxima información y poder abordar el objetivo de la visita de la manera más completa posible.
Además del abordaje de nuestros fisioterapeutas en el centro, se darán unas pautas para seguir en casa y que, de esa manera, los papis puedan mantener los beneficios de este durante más tiempo.