El cuerpo es una máquina compleja y notable, y el proceso dinámico de cicatrización de heridas es un gran ejemplo de cómo los diferentes sistemas de nuestro cuerpo, junto con los productos adecuados para el cuidado de heridas, trabajan juntos para reparar y reemplazar los tejidos desvitalizados.
Pero ¿cómo se cura nuestro cuerpo exactamente?
La cicatrización es el proceso natural de recuperación de la piel después de tener una herida que puede ser originada por distintos motivos: un corte, accidente, cirugía, quemadura etc.
Fases:
Fase inflamatoria: Se enfoca en destruir bacterias y eliminar residuos, esencialmente preparando el lecho de la herida para el crecimiento de tejido nuevo.
Fase proliferativa: Una vez que se limpia la herida, la proliferación, donde el objetivo es regenerar el tejido y cubrir la herida.
Fase de maduración o remodelación de la cicatriz: Una cicatriz madura NORMAL es plana de color claro (adaptado al tono de la piel circundante), no muestra ninguna extensión y pueden tardar en madurar desde 6 meses hasta varios años. Durante la fase de maduración, el nuevo tejido gana fuerza y flexibilidad lentamente.
Buscamos mejorar la vascularización y la elasticidad, evitando adherencias, fibrosis y retracciones que produzcan dolor o limitaciones de movimiento a largo plazo. Podemos empezar a tratar las cicatrices desde la retirada de los puntos-grapas, cuanto antes empecemos más probabilidades de conseguir una buena cicatrización.
Es aconsejable tratar todas las cicatrices, pero te recordamos lo importante que es valorar y tratar las cesáreas y episiotomías para evitar adherencias y fibrosis, que puedan ocasionar disfunciones como: dolor en las relaciones, un suelo pélvico debilitado o limitaciones en el movimiento.
Las técnicas que solemos emplear dentro de la lesión son las siguientes:
- Técnicas de liberación fascial
- Ventosas
- Punción seca
- Kinessiotaping o crosstape
- Diatermia (Indiba)
Autora: Genesis Betzabeth Martinez Aguilar